El Viernes Negro o Black Friday es el día que inaugura la temporada de compras navideñas. Corresponde al día después de Acción de Gracias en Estados Unidos, pero es una fecha ya conocida y celebrada en todo el mundo occidental.
Es habitual en estos días, por tanto, ver las tiendas y los escaparates llenos de consumidores dispuestos a saciar su apetito comprador, y a hacer por fin esas compras que lleva esperando durante algún tiempo.
Sin embargo, es tan fácil como peligroso dejarse llevar por esta tendencia consumista. Las campañas publicitarias están diseñadas para crearnos necesidades que, muchas veces, no tenemos. Así que es aconsejable tomar ciertas precauciones antes de comprar en estas fechas:
- Compra sólo lo que necesites de verdad. Piensa muy detenidamente si lo que vas a comprar es algo que necesitas de verdad. Plantéate si lo comprarías en este momento de no existir las ofertas propias del Black Friday. Si es así, enhorabuena, estás ahorrando algo de dinero. Si no es así (cosa que ocurre en la mayoría de las compras que se hacen en esta fecha), mal hecho. No estás ahorrando dinero respecto a comprar sin oferta: estás gastando dinero que de otra forma no gastarías, en algo que realmente no necesitas.
- Haz un seguimiento previo del producto que te interese. Si te ciñes sólo a algo que de verdad necesitas comprar, lo normal es tener ya en mente esta compra y aplazarla a esta fecha para ahorrar algo de dinero. Pero cuidado: muchas veces, las empresas “inflan” los porcentajes de descuento reales. Esto se puede hacer de dos formas: bien calculando el descuento respecto al precio de venta recomendado, que normalmente es superior al real, o bien directamente haciéndote creer que el producto estaba más caro de lo que realmente estaba en la fecha anterior a los descuentos. Por eso es recomendable tener bien revisado el producto en cuestión (incluso con fotos del precio previo) para saber realmente cuál era su precio antes del descuento, y cuán “real” es ese descuento que te venden.
- No compres a crédito. Podría extenderme en este punto, pero básicamente se trata de que comprar a crédito implica usar “dinero del futuro”: dinero que, ahora mismo, no tienes. Crees que tendrás ese dinero en el futuro, y puede que así sea con las pagas extras de Navidad y todo eso, pero el caso es que no lo tienes. Si las cosas se tuercen, podrías meterte en deudas (muchas veces por comprar algo que no necesitas en absoluto). Y además, los intereses de las tarjetas de crédito no suelen ser bajos, y eso es un dinero extra que tendrás que pagar.
Ya sabes, en el Black Friday, vete de compras, pero siempre con precaución y con cabeza.